Title : Cuba en la obra de un joven pintor residente en Italia
Por : Frank González – Prensa Latina (ESP)
Date : 2020, Agosto

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Con 32 años de edad y cinco de residencia en Milán, el artista de la plástica Ascanio Cuba está presente hoy con su obra en importantes espacios abiertos de esa y otras ciudades italianas.

Una docena de murales realizados en solitario o con otros pintores, avalan la trayectoria en ascenso de este joven cubano amante de esa especialidad, entre ellos los dedicados al conductor y productor de televisión Paolo Limiti, al cantautor Enzo Jannacci y al crítico de cine Morando Morandini.

Otros como ‘Colores del Parque Adriano’, consagrado a Franca Rame, esposa de Darío Fo, ‘El muro del viaje’, en la estación de metro Forlanini y ‘Castellamare, el arte de calle y el muro de Ascanio’, reflejan realidades recreadas con brocha y pincel, en línea con la mejor tradición del muralismo mexicano.

Ascanio trabaja también la serigrafía en su taller ‘Serigrafia Experience Lab‘, inaugurado en octubre de 2018 con apoyo de la Asociación Artepasante en Milán, al cual acuden estudiantes y otros jóvenes interesados en conocer los secretos de esa técnica.

Nacido en Santiago de Cuba el 22 de junio de 1988, este artista se graduó de pintura y diseño en la Academia de Artes Plásticas José Joaquín Tejada, en esa ciudad, tras lo cual inició su vida laboral en el Laboratorio de Serigrafía René Portocarrero, en La Habana.

En esa época era conocido todavía como Danis Montero, igual que su padre, Danis Montero Ortega, renombrado pintor y profesor en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Oriente, a quien se siente muy unido no sólo por el vínculo filial, sino también por la formación personal y profesional.

En entrevista concedida a Prensa Latina, explicó que asumió como nombre artístico el apellido de su abuelo materno, por quien sentía mucha estima, y a quien decidió honrar de esa manera, al tiempo que se hizo más ‘auténtico’.

Al llegar a Italia le agregó el nombre de Cuba, su país, al cual se siente ligado con un fuerte sentido de pertenencia y vocación patriótica que manifiesta a través de su participación en las actividades de la Coordinadora Nacional de Cubanos Residentes en Italia (Conaci).

En ese contexto donó dos cuadros a la nueva sede del consulado de Cuba en Milán, además de otro a la brigada médica que ayudó a enfrentar la Covid-19 en la ciudad de Crema, y realizó una sesión de pintura en vivo en un espacio creado por Conaci, transmitido por internet, durante el aislamiento social debido a la Covid-19.

Cuando se refiere a Cuba lo hace con emoción y no poca nostalgia al describirla como fuente permanente de inspiración, el lugar donde nació y se formó, donde están sus raíces y cuya cultura se esfuerza por representar porque la siente siempre muy cerca aunque esté lejos geográficamente.

‘Escalando al futuro’ es una de sus líneas principales de trabajo desde hace algunos años, representada en sus obras por la silueta de una persona ‘proyectada en ascenso hacia adelante’, en representación de la decisión del individuo de superar cualquier obstáculo para alcanzar objetivos superiores.

En esa serie insertó ‘Diarios’, colección de 10 pinturas inéditas en serigrafía sobre papel, realizadas y autenticadas en el Laboratorio René Portocarrero sobre la figura del comandante Ernesto Ché Guevara, con una tirada limitada de 50 ejemplares cada una, para lo cual contó con el apoyo de la Asociación Cubeart.

En declaraciones a Valeria Arnaldi, autora del libro ‘Hasta siempre: mito e íconos del Ché’, Ascanio expresó su admiración por la capacidad intelectual, gran determinación y deseo de hacer del líder revolucionario.

Desde el punto de vista creativo, indicó, traté de reflejarme en el personaje del Ché para encontrar qué cosas tienen en común su ideal con mi punto de vista y al hacerlo sobrepuse su figura histórica a ‘Escalando el futuro’.

La síntesis de ese concepto se encuentra en la serigrafía en la cual se ve la imagen del Ché en negro y el hombre de Ascanio en blanco que sube hacia la estrella en la boina, la luz que todos soñamos cuando queremos cambiar algo en nuestra vida, apuntó.

Ascanio se reconoce todavía en esa figura presente en sus obras como sello de autoría, en un entorno muy competitivo en el cual va construyendo poco a poco su propio espacio mediante el arte callejero y la presencia en muestras individuales y colectivas.

Todo ha sido una evolución con el propio trabajo, partiendo siempre de un sujeto que era el autor tratando de crear un personaje distintivo de su obra y fue así como alrededor de 2011 nació ese hombrecito que era yo con la vista puesta en metas que debía superar, acotó.

Hubo muchas tendencias que me envolvieron en todo un sistema creativo para llegar a este sujeto y era la escuela de mi padre a quien imitaba porque ‘tratas de copiar al papá, hacer una mancha o un gesto como lo hace él y sientes que todavía no has creado algo tuyo que te diferencie de tu padre’.

Cuando mi esposa y yo encontramos juntos ese sujeto y decidimos que esta sería mi firma, este hombrecito comenzó a viajar en todas mis obras pero contextualizado en cada situación o idea, subrayó.

En ese sentido, se refirió a ‘Mi primera cena en Milán’, cuadro con el cual debutó como pintor en enero de 2015 en Italia, donde el artista inmerso ‘en un momento histórico contemporáneo’, está acompañado por inmigrantes como él, en lugar de apóstoles representados en ‘La última cena’, de Leonardo Da Vinci.

Para mí esas personas eran inmigrantes como yo que hablaban lenguas diferentes y ahí es donde estuvo el intento de contextualizar la obra dando un mensaje del momento, con personajes un poco raros pero tratando siempre el autor de recrear la situación en la cual se encuentra.

Fue muy interesante porque, además, ubiqué el hecho en la estación central de ferrocarril de Milán, la cual quise destacar como puerta de entrada y salida de la ciudad, un lugar de encuentro, diálogo e intercambio social.

Por otra parte, en el coloquio con Prensa Latina el joven artista santiaguero precisó que desde el punto de vista técnico trabaja ‘muchísimo’ el acrílico sobre lienzo, aunque ‘a veces pongo cosas que son de carboncillo, el trabajo con espátula, recursos que a veces te ayudan a enriquecer la obra’.

En su ascenso hacia el futuro, como el hombrecito de sus obras, Ascanio cuenta con el apoyo de su esposa, Marta Botti, a quien conoció en Cuba mientras ella estudiaba Sociología en la Universidad de La Habana y él trabajaba en el Laboratorio René Portocarrero.

Mi esposa ha sido mi brazo derecho, me ha apoyado siempre en todos estos momentos de creación tanto en Cuba como aquí en Italia y aunque tiene su trabajo como profesional, se ocupa de toda la parte de comunicación del mío.

De esa unión nació Arianna, quien en los próximos días cumplirá su primer año y a quien Ascanio dedicará la muestra personal que está preparando para 2021.

On the web: PRENSA-LATINA.CU

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